martes, 31 de marzo de 2015

Visita exprés a Doñana

Para disfrutar de este maravilloso paisaje hay que dedicar como mínimo una semana. Para todos aquellos que nunca hayáis estado y tengáis a Doñana entre vuestras próximas visitas, os recomiendo pasar bastante tiempo. La diversidad de ecosistemas y de oportunidades de descubrir los beneficios de la naturaleza conlleva cierto tiempo.

Mi compañero Pablo y yo a penas pasamos una mañana. Lo suficiente como para encontrar 26 especies de aves diferentes y ser partícipes de escenas típicas de documental de la TV. Para empezar fuimos sobre seguro. Tras una lectura a determinadas opiniones sobre donde ver aves en Doñana, el centro de visitantes La Dehesa de Abajo fue el destino seleccionado.

Una vez allí la calma es tangible, casi se podía oír a las cigüeñas, que aquí son abundantes, pasar cortando el viento por encima de nuestras cabezas. Allí forman los nidos en encinas de diversas alturas, formando una colonia interesante que los propios técnicos del centro te invitan a visitar. 

El centro cuenta con una gran laguna en la que varias especies encuentran su alimento, principalmente el flamenco (Phoenicopterus roseus) que dada el elevado nivel del agua se ve obligado a sumergirse casi por completo para alcanzar el sustrato en el que se encuentra los crustáceos que forma principalmente su dieta. Esta especie se mueve por toda la laguna junto con otra familia de aves, las rálidas (familia Rallidae), formadas principalmente por las dos especies de focha presentes en nuestro páis:
  • Focha común (Fulica atra): negra completamente con el pico y el escudete blancos
  • Focha moruna (Fulica cristata): únicamente se distingue de la focha común por tener unos "cuernos" de color rojo. Esta es mucho más escurridiza y difícil de observar.
Dos ejemplares de focha común (Fulica atra) en la Dehesa de Abajo
Ejemplar de focha moruna (Fulica crsitata) en la Dehesa de Abajo. ¿Consigues ver la diferencia?

Además de estas dos representantes  también pudimos encontrar a la gallineta común (Gallinula chloropus) junto la que en mi opinión es una de las especies más bonitas de este familia, el calamón común (Porphyrio porphyrio) ya que su color azulado y el rojo vivo de su pico y su escudete lo hacen único. Se comporta en estos ambientes como una "segadora" acabando con mucha de la vegetación palustre. En algunas partes de nuestro país supone una gran amenaza para las plantaciones de arroz.

Calamón común (Porphyrio porphyrio) en la Dehesa de Abajo

Estas aves desde lejos pueden parecer, en muchas ocasiones, anátidas, pero no lo son. Sin embargo se mueven por la laguna de la Dehesa de Abajo junto al porrón europeo (Aythya ferina) que si es una anátida. Esta diferencia hay que tenerla clara para no confundir especies. A ver si en la siguiente imagen podéis identificar las dos especies.

Porrón europeo (Aythya ferina) junto con varias fochas comunes en la Dehesa de Abajo.

La variedad de aves acuáticas en este lugar es grande y alberga a otras familias com especies como el somormujo lavanco (Podiceps cristatus) y el zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis). El primero, como ya adelanté en la entrada Cambios de plumaje. Época reproductora del 10 de marzo, posee un singular método de cortejo y por aquel entonces pudimos observar algunas persecuciones y ensayos de los famosos "bailes". Además de esta maravilla también fuimos capaces de corroborar la voracidad del zampullín, que aunque pequeño, nos mostró la facilidad con la que se puede desmontar a un cangrejo de río.

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus) con plumaje nupcial en la Dehesa de Abajo.
Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) con la susodicha presa en la Dehesa de Abajo

Tras nuestro paseo por la Dehesa de Abajo, pusimos rumbo a la Marisma de El Rocío, un lugar donde cultura y naturaleza se encuentran separadas por una pequeña cerca de metal. Allí volvimos a encontrarnos con gran cantidad de flamencos (Phoenicopterus roseus) pero también con dos iconos de las marismas: la espátula común (Platalea leucorodia) y el morito común (Plegadis falcinellus) primos entre ellos al pertenecer a la misma familia, la difícilmente nombrable Threskiornithidae. Ambos tienen unos picos característicos que los hacen fáciles de distinguir, vamos a ver cómo son:

Espátula común (Platalea leucorodia) en la Marisma de El Rocío
Morito común (Plegadis falcinellus) en la Marisma de El Rocío

Como habréis visto los picos son bastante característicos de cada una de las especies, aunque para picos raros el de esta anátida, la cuchara común (Anas clypeata) cuyo pico es excesivamente ancho y largo, al menos para una anátida porque no puede competir con el de aves como las que acabamos de ver. Aún así, el nombre de esta ave hace bastante alusión a la forma de su pico en forma de "cuchara"

Macho (derecha) y hembra (izquierda) de cuchara común (Anas clypeata) en la Marisma de El Rocío

Estas y otras muchas especies nos acompañaron durante nuestra fugaz visita al Parque Nacional por excelencia de nuestro país, Doñana. Aquí os dejo una lista con otras especies a parte de las descritas anteriormente que pudimos ver por la región: 
  • Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)
  • Chorlitejo chico (Charadrius dubius)
  • Cigüeñuela común (Himantopus himantopus)
  • Correlimos común (Calidris alpina)
  • Garceta común (Egretta garzetta)
  • Garcilla bueyera (Bubulcus ibis)
  • Golondrina común (Hirundo rustica)
  • Gorrión común (Passer domesticus)
  • Grajilla occidental (Corvus monedula)
  • Jilguero europeo (Carduelis carduelis)
  • Mirlo común (Turdus merula)
  • Ánade azulón (Anas platyrhynchos)
  • Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Cetia ruiseñor (Cettia cetti) solo oído
  • Cerceta común (Anas crecca)
La verdad es que la variedad de especies que se pueden observar en este lugar es bastante elevada una muestra de que cultura e historia juegan un papel importante en un juego en el que la naturaleza nos esta aportando unos servicios que debemos apreciar.





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