martes, 23 de junio de 2015

Desarrollo de los pollos de buitre leonado

Este año he tenido la oportunidad de trabajar bastante cerca de una colonia de buitres leonados (Gyps fulvus) muy dinámica. No solo he tenido esta fortuna, sino que además he pasado mucho tiempo junto a las paredes verticales que sostienen sus enormes nidos, pudiendo ver comportamientos, escenas y el propio crecimiento de los pollos cuyo nacimiento he podido seguir desde lejos.

Buitre leonado (Gyps fulvus) posado en una ladera.
Se trata de una rapaz carroñera que vive en colonias de varios ejemplares.

Los primeros días en la pared.

Cuando el revuelo de la primavera condensa en el ambiente y llega a la colonia de buitres leonados, comienza a verse, sutilmente, como se separan por parejas. El momento no llega a la vez para todos, unos van por delante y van tomando posiciones para defender el nido frente a otras parejas con la misma ambición reproductora. Entre tanto revuelo se ven algunas parejas realizando, de forma aislada, las cópulas, mientras que otros prefieren tomárselo con más calma y siguen tumbados al sol.
La rapidez que se dan algunos y la poca ambición de otros marcará mucho la diferencia y se verá el resultado en el tamaño de los pollos.

Buitre leonado (Gyps fulvus) durante los revuelos por conseguir un buen nido.
La competencia dentro de la colonia es muy intensa a pesar de que luego colaboran en la búsqueda de comida.
Cuando ya parece que todos están donde deben, ciertos componentes de la pareja van retocando el nido que años atrás contribuyó a perpetuar la especie, objetivo que ahora tienen los futuros progenitores. Para realizar ese "retoque" y aportar frescura al nido, descienden a zonas más bajas donde crece un poco de hierba fresca y la arrancan para posteriormente situarla en el nido.

Buitre leonado (Gyps fulvus) recogiendo hierba fresca para el nido.
Este material le dará al nido un toque fresco necesario en la zona semiárida en la que está la pared.
El largo período de incubación.

Cuando las últimas parejas empiezan a situarse, puede haber otras que no solo han empezado a incubar, sino que incluso sus huevos han eclosionado. Esto nos da una idea de la diferencia temporal entre varias parejas reproductoras. Además, el periodo de incubación es bastante largo con una duración de casi dos meses (poco menos de 60 días) y la puesta suele constar de un solo huevo que gozará de la atención de ambos progenitores que, mediante turnos, dedican muchas horas al día al proceso de incubación.

Con los datos que tomé en el campo, se ha observado que únicamente se hace un cambio a lo largo del día coincidiendo más o menos con la mitad de las horas de luz. Todos los cambios de turno entre progenitores durante la incubación se realizaron después de las 12:00 y antes de las 17:00. Mientras uno busca alimento otro se queda en el nido incubando, hasta que llega este período temporal, y el que estaba incubando sale a coger una térmica en busca de alimento mientras el otro progenitor se queda incubando. El cambio de adulto incubador es un proceso delicado en el que ambos tienen mucho cuidado.

Pareja de buitre leonado (Gyps fulvus) tras un cambio de turno.
Durante el proceso el huevo está vulnerable, por ello ambos progenitores tienen mucho cuidado.
El pollo ya ha nacido y tiene 1 día.

La eclosión es complicada de ver cuando tienes un gran nido y un adulto en medio de la escena, pero sin embargo, la inquietud del progenitor en el momento te da una idea de que algo está pasando en el nido y tras un rato largo aparece a los pies de mamá o papá una pequeñita mancha blanca en forma de algodón. A partir de este momento la pareja de buitres debe esforzarse más en la búsqueda de alimento, hay una boca más a la que dar de comer en "casa". Es sorprendente lo delicados que son los buitres, cuando su cría es tan pequeña, en contraste con las malas bestias que pueden llegar a ser cuando hay un cadáver del que alimentarse. La delicadeza es necesaria, porque el pollo, con esta edad, es más o menos seis veces más pequeño que el adulto.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) abajo, con tiempo de 1 día.
Los adultos no solo son delicados con el pollo, sino que también muestran comportamientos de afecto y cariño.
El pollo ya tiene 15 días.

Si los progenitores van haciendo los deberes y traen suficiente alimento para el pollo, este irá aumentando de tamaño de forma considerable. Con el tiempo de 15 días todavía es blanco y el plumón le cubre todo el cuerpo. Este tipo de pluma sirve para mantener la temperatura corporal. Pero en este ambiente semiárido el problema es el calor y la radiación directa del sol. Pero papá y mamá son listos y le dan sombra con toda la envergadura de sus alas al indefenso pollo. Desde que nace uno de los progenitores se queda vigilante del pollo para evitar que otros buitres, otros carroñeros o incluso algunos córvidos puedan hacerle daño. Por ahora el pollo va a ser bastante dependiente de sus padres, uno le busca alimento y el otro hace las de cuidador.

Buitre leonado (Gyps fulvus) dando sombra a su pollo.
En este tipo de lugares el sol es muy perjudicial para el pollo y puede provocar la deshidratación.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) abajo, con tiempo de 15 días.
El tamaño ya ha aumentado bastante y se empiezan a ver pequeñas manchas marrones de plumaje.
Aunque el plumón cubre la mayor parte.
El pollo con 1 mes

A pesar de que haya pasado ya un mes el pollo sigue siendo dependiente de un adulto vigilante y además cada vez demanda más y más alimento por lo tanto sus progenitores tienen que dedicar más tiempo en su búsqueda de alimento para poder satisfacer a su pollo y a su propio estómago. El tamaño del pollo va siendo mayor (ahora es más o menos la mitad de su cuidador) pero sigue estando cubierto se plumón.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) debajo del adulto.
Su dependencia es supervivencia, las especies oportunistas saben aprovechar despistes de los adultos.
El pollo con 1 mes y medio.

Con este tiempo el pollo sigue dependiendo de la vigilancia de uno de sus progenitores pero sin embargo está creciendo tanto que algunas de sus plumas están apareciendo en contraste con su plumón todavía presente.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con un tiempo de 1 mes y medio.
Ya se comienzan a ver algunas plumas de color oscuro en el plumajes del pollo.
El pollo con 2 meses.

Hace ya dos meses que su huevo eclosionó y durante ese tiempo ambos progenitores han estado alimentándolo cada vez más ya que su voraz apetito va en aumento. Ahora se le oye desde lejos pedir continuamente comida, el problema es que ya se necesita a los dos adultos para darle de comer y tienen que abandonar su vigilancia para ponerse a buscar comida suficiente para su pollo. Esta es la primera vez que el pollo se queda solo en el nido.  Ya es bastante grande, al menos para poder defenderse en el nido de pequeños depredadores como cuervos y urracas. Su plumaje está tornándose pardo y ya que se le está cayendo el plumón para dejar hueco a las plumas que posteriormente le darán, por su color,el nombre que lo caracteriza: leonado.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con el tiempo de 2 meses.
Esta es la primera vez que el pollo de buitre leonado se queda solo en el nido.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) derecha, con un tiempo de 2 meses.
Un adulto a la izquierda tras haberle traído alimento.
El pollo con 2 meses y medio.

El plumaje del pollo está empezando a estar muy formado, ya a penas le queda plumón únicamente en las axilas y otras partes del interior de las alas. Su tamaño y forma es bastante similar a la de un adulto. Sus plumas del vuelo están poco desarrolladas todavía, pero sin embargo se da paseos por fuera del nido. A pesar de todo esto sigue dependiendo de sus progenitores, los cuales ahora tienen que poner todas sus fuerzas, ya que su apetito ahora es casi igual que el de un adulto.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con un tiempo de 2 meses y medio.
Por su plumaje y su tamaño se asemeja bastante a un adulto.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) izquierda con un tiempo de 2 meses y medio.
A la derecha un adulto trae alimento. Se ve la diferencia de color de plumas.
Esto se debe al desgaste que tienen las del adulto.
El pollo con 3 meses.

Ya han pasado 3 meses desde que su huevo eclosionó y su forma es prácticamente igual que la de un adulto con la diferencia del desarrollo de las plumas de vuelo (todavía muy cortas) que dentro de un tiempo podrá utilizar.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) arriba derecha, con un tiempo de 3 meses.
Abajo un pollo de menos de un mes, la diferencia en la colonia es muy notoria.
El vuelo

Ha sido un viaje bastante idílico en el que les he podido ver crecer desde que salieron del huevo hasta que han adquirido un tamaño idóneo para volar. Sin embargo me tuve que ir antes de que nuestros protagonistas aprendieran a volar, lo que me dejó con la espinita clavada, porque me hubiera gustado verles volar después de haberles visto nacer. Pero no me puedo quejar de haber tenido esta oportunidad. Espero que os haya gustado verles crecer tanto como a mi.

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