martes, 24 de octubre de 2017

Sí, hay flamencos en Madrid

Hola a todos de nuevo.

En esta ocasión os muestro algunas aves que vimos en una excursión al Parque Regional del Sureste. El principal objetivo del viaje era ver y fotografiar a varios flamencos que fueron descubiertos por Miguel Ángel el pasado 13 de septiembre y que todavía están acomodados en la laguna.

El flamenco común (Phoenicopterus roseus) vive asociado a amplias superficies de agua, normalmente de humedales costeros, como salinas o marismas, aunque en el interior se le puede encontrar en lagunas endorréicas o complejos lagunares con regímenes temporales de inundación. La característica común de estos lugares es la escasa profundidad y la elevada salinidad del agua.

Antes de ir directamente al lugar en el que se encontraban los flamencos, hicimos un recorrido por la laguna para ver qué tal va la invernada de acuáticas y otras aves. Madrugamos y llagamos a la salida del sol, pero la mañana salió fría y con niebla, dándole algo de magia al lugar que al final del día se vio eclipsado por un resplandeciente sol.

Aspecto del humedal a primera hora de la mañana. La niebla no deja ver nada.
Aspecto del humedal a primera hora de la mañana. La niebla no deja ver nada.

La mayoría de la laguna estaba ocupada por varios ejemplares de zampullín común (Tachybaptus ruficollis) y entre tantos las anátidas iban apareciendo. En primer lugar el gran cuchara común (Anas clypeata) y después la cerceta común (Anas crecca) algo más pequeña.

En primer plano hembra de cuchara común (Anas clypeata). de fondo un macho en eclipse deja ver su popa blanca.
En primer plano hembra de cuchara común (Anas clypeata) de fondo un macho en eclipse deja ver su popa blanca.
Macho de cerceta común (Anas crecca) con sus característicos dibujos faciales, el espejuelo verde y las plumas de la cola amarillas.
Macho de cerceta común (Anas crecca) con sus característicos dibujos faciales, el espejuelo verde y las plumas de la cola amarillas.
Entre tanto y sobrevolando fugazmente llega a la laguna un bando de 6-7 agachadizas. Sus orillas no son muy apropiadas para que estas anden curioseando por ahí por lo que acaban posándose sobre las ramas secas que afloran en la superficie.

Bando de agachadiza común (Gallinago gallinago), en la imagen hay 4, ¿las ves todas?
Bando de agachadiza común (Gallinago gallinago), en la imagen hay 4, ¿las ves todas?
Por supuesto no podían faltar entre el resto de anátidas el porrón europeo (Aythya ferina).

Macho de porrón europeo (Aythya ferina) cerca de la orilla y huyendo tras detectarnos.
Macho de porrón europeo (Aythya ferina) cerca de la orilla y huyendo tras detectarnos.
En las zonas de vegetación más densa, los sonidos y los movimientos son evidentes, a pesar de que en un principio no veíamos a ninguno de sus causantes. Se escuchaba el agudo grito de la gallineta común (Gallinula chloropus), el roncar del calamón común (Phorphyrio phorphyrio) o el quejido del rascón europeo (Rallus aquaticus).

Tras varios gritos, la gallineta común (Gallinula chloropus) por fin se digna a presentarse.
Tras varios gritos, la gallineta común (Gallinula chloropus) por fin se digna a presentarse.
El calamón común (Phorphyrio phorpyrio) saliendo de su escondite y dejando ver sus colores.
El calamón común (Phorphyrio phorpyrio) saliendo de su escondite y dejando ver sus colores.
Rascón europeo (Rallus aquaticus) cambiando de posición y dejándose ver por segundos.
Rascón europeo (Rallus aquaticus) cambiando de posición y dejándose ver por segundos.
El avetorillo común (Ixobrychus minutus) también se esconde sigilosamente entre la vegetación.
El avetorillo común (Ixobrychus minutus) también se esconde sigilosamente entre la vegetación.
Después de un buen rato contemplando la avifauna "fantasma" de esta laguna, ya que no son muchas las veces que se dejan ver, entra en escena la reina de la laguna, la garza real (Ardea cinerea). Vuela directa a su árbol favorito, justo en la rama de siempre, probablemente para controlar su reino o acicalarse las plumas después de una mañana muy húmeda.

Garza real (Ardea cinerea) puntual a su cita, nos acompañó durante un rato hasta que otra garza pasó volando y nuestra compañera quiso volar con ella.
Garza real (Ardea cinerea) puntual a su cita, nos acompañó durante un rato hasta que otra garza pasó volando y nuestra compañera quiso volar con ella.
A pesar de ser una laguna llena de zampullines, anátidas, garzas y otras aves acuáticas, también hay un hueco para las aves más pequeñas, los paseriformes. El primero en llegar es el más hambriento de todos, el alcaudón real (Lanius meridionalis) dando vueltas a ver qué puede atrapar esta mañana para desayunar. Detrás y algo más tímido pero no menos hambriento, hace acto de presencia el mosquitero común (Phylloscopus collybita) que a causa del frío de la mañana tendrá que esperar a que salga el sol horas más tarde para poder hacerse con los deliciosos mosquitos que tanto nos molestan a nosotros.

Alcaudón real (Lanius meridionalis) en atalaya para que ninguna presa potencial pase desapercibida.
Alcaudón real (Lanius meridionalis) en atalaya para que ninguna presa potencial pase desapercibida.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) de talla "mini" entre las ramas de los tamarices que rodean la laguna.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) de talla "mini" entre las ramas de los tamarices que rodean la laguna.
De repente, se hace el silencio en la laguna y tras varios segundos de incertidumbre aparece el gavilán común (Accipiter nisus) y tras él, otro más, dos máquinas de cazar aves, mejor pasar desapercibido pensará el mosquitero.

Gavilán común (Accipiter nisus) esperando a su compañero para abandonar a laguna e irse a cazar a otro lado.
Gavilán común (Accipiter nisus) esperando a su compañero para abandonar a laguna e irse a cazar a otro lado.
Mirando hacia el río Jarama, algunas anátidas han preferido la tranquilidad de su cauce para pasar la mañana, es el caso de varios machos y hembras de ánade azulón (Anas platyrhynchos).

Macho abajo, hembra arriba de ánade azulón (Anas platyrhynchos) en una de las isletas que genera el río.
Macho abajo, hembra arriba de ánade azulón (Anas platyrhynchos) en una de las isletas que genera el río.
Algo más discretos y de vuelta a la laguna, pudimos ver a dos aves que no se ven con frecuencia y que siempre se disfruta observándolas. Una es el andarríos chico (Actitis hypoleucos) que con su continuo movimiento de cola, más un tic que un hábito o su correteo por la orilla, pueden distraer a cualquiera. Más metido en la sombra y precedido por un chillido agudo, el señor martín de oficio pescador se posa en su rama favorita, en la atalaya desde la que habitualmente captura fundamentalmente peces y otros vertebrados acuáticos.

Macho abajo, hembra arriba de ánade azulón (Anas platyrhynchos) en una de las isletas que genera el río.
Andarríos chico (Actitis hypoleucos) en la orilla de la laguna, aunque más que una laguna parece un talud.
Desde lejos pudimos ver los preciosos azules metalizados de este martín pescador común (Alcedo atthis).
Desde lejos pudimos ver los preciosos azules metalizados de este martín pescador común (Alcedo atthis).
Finalmente, después de más de una hora de búsqueda y prospección, logramos dar con los famosos flamencos. El primer contacto fue en vuelo, ese vuelo característico con patas y cuello completamente estirado y unas largas alas, que más que un aves parece una cruz voladora. Fueron dos los que pasaron por encima de nuestras cabezas, y más adelante había otro. Uno más relajado disfrutando de los primero rayos de sol que se abrían paso entre las densas nubes mañaneras.

Flamenco común (Phoenicopterus roseus) sobrevolando la laguna en Madrid. Su plumaje delata su edad, se trata de un inmaduro que ya comienza a fijar los carotenoides en sus plumas que empiezan a tener tonos rosados.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus) sobrevolando la laguna en Madrid. Su plumaje delata su edad, se trata de un inmaduro que ya comienza a fijar los carotenoides en sus plumas que empiezan a tener tonos rosados.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus) descansando en la laguna, que tiene una profundidad media, pues las patas del flamenco quedan sumergidas solo hasta la mitad.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus) descansando en la laguna, que tiene una profundidad media, pues las patas del flamenco quedan sumergidas solo hasta la mitad.
La presencia de estos flamencos seguramente se deba a movimientos dispersivos, algo habitual tras la época de cría en las colonias habituales de la Península. Eso explicaría por qué estos flamencos son inmaduros, son ellos los que viajan en busca de nuevos lugares de alimentación o cría. Esperemos que esta laguna cumpla las necesidades alimenticias de los flamencos y decidan quedarse durante un tiempo, aunque parece improbable.

El que sí se quedará después del invierno es el pájaro moscón (Remiz pendulinus) que le pudimos ver en los habituales banditos invernales, trepando por las plumas del carrizo para comerse los ácaros y otros bichos que se quedan sujetos a la vegetación.

Pájaro moscón (Remiz pendulinus) trepando por el tallo del carrizo.
Pájaro moscón (Remiz pendulinus) trepando por el tallo del carrizo.
Siguiendo a los pájaros moscones alcanzamos la otra parte de la laguna, algo más tranquila donde más aves acuáticas salen a recibirnos. En primer lugar un bando de cormorán grande (Phalacrocorax carbo) que parecían llevar prisa por la rapidez con la que pasaron por encima de nosotros. También pudimos ver varias fochas comunes (Fulica atra) y algún que otro ánade friso (Anas strepera).

Bando en vuelo de cormorán grande (Phalacrocorax carbo), probablemente volarán hacia el río, donde les gusta ponerse a descansar y secar sus plumas mediante baños de sol.
Bando en vuelo de cormorán grande (Phalacrocorax carbo), probablemente volarán hacia el río, donde les gusta ponerse a descansar y secar sus plumas mediante baños de sol.
Tres ejemplares de focha común (Fulica atra) en una pequeña isla acicalando su plumaje una vez ha salido el sol.
Tres ejemplares de focha común (Fulica atra) en una pequeña isla acicalando su plumaje una vez ha salido el sol.
Macho de ánade friso (Anas strepera) en la laguna.
Macho de ánade friso (Anas strepera) en la laguna.
Durante nuestra visita a la laguna conseguimos ver las dos especies de golondrina que tenemos en España, la golondrina común (Hirundo rustica) y la golondrina dáurica (Cecropis daurica), algo bastante extraño, por las fechas y por las temperaturas del día. Seguramente se trate de ejemplares muy tardías pues la gran mayoría de ellas partieron hacia África hace bastante tiempo ya.

Golondrina común (Hirundo rustica) a finales de octubre en Madrid.
Golondrina común (Hirundo rustica) a finales de octubre en Madrid.
Golondrina dáurica (Cecropis daurica) a finales de octubre en Madrid.
Golondrina dáurica (Cecropis daurica) a finales de octubre en Madrid.
Por último y ya volviendo hacia el aparcamiento y charlando sobre el éxito de la jornada pudimos disfrutar de otras dos especies, la cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Los bandos de dispersión que se pueden ver en los campos de cultivo del entorno de la laguna, proceden de países como Alemania u Holanda. La otra especie que nos dejó disfrutar con su presencia fue el gorrión moruno (Passer hispaniolensis), concretamente un bando de unos 100-150 individuos entre machos y hembras, que chillaban mientras se ponían las botas en los arbustos que hay en el borde del camino.

Bando de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) colocado de forma curiosa sobre uno de los riegos.
Bando de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) colocado de forma curiosa sobre uno de los riegos.
Bando de gorrión moruno (Passer hispaniolensis) machos y hembras juntos en este bando y entre escaramujos.
Bando de gorrión moruno (Passer hispaniolensis) machos y hembras juntos en este bando y entre escaramujos.
Te llevamos a observar aves a los espacios protegidos más importantes. Cualquier época del año es buena para ver a las dueñas del vuelo en sus hábitats naturales. Si te gustan las aves no dudes en apuntarte a cualquiera de nuestras salidas. No te los pierdas y echa un vistazo aquí: Blue Nature web. También te ofrecemos la posibilidad de prepararte una ruta a la carta.

Si quieres salir a ver aves, no lo dudes y visita la Comunidad de Madrid. Unas 240 especies de aves distintas encuentran los recursos necesarios a lo largo de todo el año en nuestra región gracias a que aproximadamente el 40% de su superficie se encuentra protegida por su gran diversidad de ecosistemas y hábitats. Algunas tan importantes y en peligro de extinción como el águila imperial ibérica, el buitre negro o el sisón.

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